Anna y Tsubasa se conocieron en Tokio cuando eran niños. Veinte añosdespués, el azar los reúne de nuevo y comienzan a escribirse.Anna vive ahora en Londres; Tsubasa le habla de la cultura que pudohaber sido la suya, de una ciudad donde todo está tan perfectamenteorganizado que el caos acecha en cada esquina, donde regalar es unarte, quedarse dormido en una reunión es un signo de entrega y nunca,jamás, se debe poner salsa de soja al arroz.¿Es posible comprender de verdad a una persona japonesa? El humorirónico de Anna nos abre esa puerta.