Es cada vez más frecuente que las grandes visiones del mundodominantes a lo largo de la Modernidad se vean completamentedescalificadas con el argumento de que todos los intentos pormaterializar sus ideales se han saldado con inequívocos fracasos. Laprimera que recibió este reproche fue la que se suele calificar comola izquierda de la Ilustración, directamente cuestionada por elhundimiento de la forma política más importante que adoptó en el siglo XX, el en su momento denominado socialismo real. Al fracasorepresentado por la caída del Muro no han dejado de sucederle otros, a su vez de diverso signo (guerras, contrarrevoluciones, violaciones de los derechos humanos, desastres ecológicos, crisis económicasà), pero teñidos de parecida negatividad desde el punto de vista de laemancipación. El resultado ha sido que también han terminadocuestionadas aquellas visiones del mundo que se creían todavía a salvo de la refutación, con la del liberalismo, incapaz de generar unasociedad mejor, en lugar muy destacado. En su conjunto, la totalidadde tales fracasos no ha hecho más que asentar en el imaginariocolectivo una dobl