Diante do espello
Dos mujeres en su respectivo cuarto de hotel a noche o madrugada antes de su ‘gran día’. Sarah está preocupada por los últimos detalles, nerviosa porque en unas horas va a estrenar su primera gran obra en la capital. Ruth está en la ciudad para presentarse a una prueba de selección a la mañana siguiente y piensa en su familia: en sus hijos y su marido.
Sus pensamientos sólo se ven entorpecidos por el ruido de su respectivo teléfono que, a modo de llamada para público, suena tres veces para avisar de la aproximación de la vida. Delante de ellas una pared de espejo cómplice y silenciosa, con la que hablan, en la que se miran, en la que escriben y que las va desnudando poco a poco. A medida que avanzan las palabras se va apreciando que tienen más en común de lo que parecía.