«A veces la infelicidad necesita coartadas para mantener su pesadumbre». Una novela cruda, sincera y conmovedora que muchos desearían que solo fuera una ficción.Se puede sobrevivir a la infancia, pero deberás pasar toda la vida intentando convivir con el dolor de esas heridas. Y, si no, que se lo pregunten a Tomás Yagüe, un hombre gay de cincuenta y dos años que no ha podido evitar construir su biografía a partir del rechazo, el silencio y la falta de comprensión de su entorno frente al acoso escolar y el maltrato que sufrió de niño.
Ahora que, tras romper con su pareja, regresa a casa por Navidad como rezan los anuncios, deberá volver a hurgar en la herida y emprender un viaje emocional en el que aflorarán dolorosos recuerdos, pero en el que aprenderá a perdonarse, a dejar de culpabilizar a su entorno y abandonará la imagen de sí mismo que le ha hecho vivir habitando el margen durante todos estos años.
Unos días que le llevarán al límite y supondrán un vuelco definitivo en su vida.